lunes, 6 de septiembre de 2010

Las mujeres argentinas aceptaron el reto

A lo largo de la historia, las mujeres opinaron, influyeron, intervinieron y actuaron en la vida pública. Participaron en la construcción del progreso de su figura. Actuaron en cuestiones sociales, políticas. Trabajaron en distintas ocupaciones en campos, montañas y ciudades. Ellas fueron fundamentales en educación y sus huellas, vivas y profundas, se encuentran presentes, incluso, en nuestra cultura.

Es que la historia de las mujeres en la argentina es, sin dudas, evolutiva.

Mientras miles de ellas aparecen como un mero elemento decorativo para los libros de historia, como aquellas que organizaban las tertulias, otras sacudieron a la sociedad tradicional y estática de aquel 1800 con sus deseos e ideas de igualdad.

Durante las invaciones inglesas, Manuela Pedraza combatió codo a codo junto a su esposo; y Martina Céspedes los hacía prisioneros cuando los invitaba a pasar a su casa a tomar aguardiente.

Así también, en el norte del territorio, las guerras de independencia llevaron a la coronela Juana Azurduy el frente de los campos de batalla y a Magdalena Macacha Guemes a participar en múltiples negociaciones a favor de la causa patriótica.

Anónimas, casi imperceptibles y de todas clases sociales cocían los trajes de las tropas, juntaban dinero, protestaban las casas para las reuniones, pero también discutían ideas.

Si bien la mujer no gozó de la condición formal de ciudadana, durante todo el siglo 19 y buena parte del 20, fue la inmigración el fenómeno que contribuyó a la participación popular.

Hasta la década del 30, aquellas que trabajan, lo siguieron haciendo en las explotaciones de tipo familiar y en las pequeñas empresas tradicionales. Fue el proceso de industrialización el que permitió una masiva incorporación de la mujer a las fábricas. A partir de allí, también empezaron a intervenir en el movimiento sindical.

Tal vez, Eva Perón constituya el mito de la mujer en la historia Argentina. Sus obras, luchas y logros políticos por el género femenino, como el impulso a la sanción de la Ley 10.013 ( Voto femenino ), concreto el poder de la mujer en las decisiones del país.

Cuando las ideas de emancipación femenina estaban en auge, los 60 y 70 mostraban mujeres militantes. Pero esa lucha fue cortada abruptamente por la dictadura militar iniciada por Videla. Allí, con su dolor a cuestas, fue donde aparecen las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que, con su lucha y resistencia, se transformaron en sinónimo de Derechos Humanos.

La imponente presencia de la mujer se puede observar incluso en la actualidad, en lugares donde los hombres no se imaginaban.

Las mujeres de hoy en día son independientes. Ellas solas logran superar todas las situaciones que la vida les impone, sintiéndose realizadas. Porque una mujer realizada no es únicamente la que trabaja o la que se dedica exclusivamente a la familia. Una mujer realizada es aquella que cumple con sus metas y objetivos siendo exitosa.

Ellas han logrado demostrar que pueden competir con el hombre logrando alcanzarlo y superarlo.

Mientras tanto la historia aún se sigue escribiendo.


Un enfrentamiento diario, en el que ellas saben demostrar que nada, ni nadie, las detiene para llegar a la meta.
Simplemente porque aceptan el reto.





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