martes, 21 de septiembre de 2010

No sos vos, fue Zeus

Cuenta la mitología que, en un principio, la raza humana era casi perfecta. Los seres eran esféricos como naranjas; tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, cuatro brazos y cuatro piernas que utilizaban para desplazarse rodando. Su vanidad les llevó a enfrentarse a los dioses, creyéndose semejantes a ellos. Zeus los castigó partiéndolos por la mitad con un rayo y mandó a Hermes a que les atara la carne sobrante en torno al ombligo. Ya repuestos, los seres andaban tristes buscando siempre a su otra mitad y, si alguna vez llegaban a encontrarse con ella, se enlazaban en sus brazos hasta dejarse morir de inanición.

Hete aquí el culpable, Zeus y sus retorcidos poderes. ¿Realmente es eso lo único que nos queda? ¿Andar vagando por ahí buscando a la otra mitad que nos complete? ¡No way! Esto no puede quedar así, a la deriva del destino. Pero lo peor está todavía por venir: en el caso de toparnos con nuestra media naranja, ¿cómo la reconocemos? ¿Cómo sabemos que es ella y no ninguna otra? Demasiadas incógnitas.

Los terapeutas dicen que "cuando encuentras a tu alma gemela es como mirarte en un espejo; te ves a ti mismo pero en otra energía, otra polaridad". Laura Hesperid, autora de Descubre tu alma gemela (Ed. Robin Book, 2001), también cree que "cada alma tiene su reflejo en otra". (
talisman.iespana.es)

Lo que se experimenta al producirse el encuentro puede manifestarse en una energía frenética, que el corazón deje de latir, una sensación que se transmite por toda la piel, y otras emociones y estados que expresan la intensidad de nuestro deseo interior de estar con esa persona para siempre”, explica la página
finternational. Genial, entendido. Pero definitivamente las señales deberían ser más claras y no hacernos confundir mandarinas con naranjas, porque más de una vez se nos aceleró el pulso por alguien que resultó ser un total fiasco.

Las almas gemelas son personas que se destacan muy por sobre el resto del grupo en la mayoría de los aspectos de compatibilidad mutua. Las personas pueden tener varias almas gemelas y, mientras mayor es su tiempo de existencia, mayor es el número de almas gemelas".

Oh, no. ¿Entonces hay más de un alma gemela? ¿Aumentan con el paso del tiempo? Menudo problema. Zeus resultó ser bastante más vengativo de lo que pensábamos. “Siempre nos han enseñado que las almas gemelas eran las dos mitades de un alma que se buscaban para volver a unirse. Lamentablemente, eso es crear en el ser humano una dependencia afectiva”, asegura la página elmistico
. Aparentemente, puede haber más de un alma “vibrando en la misma frecuencia”.

Pero a no rendirse en la búsqueda, parece que no todo está perdido. El sitio
actosdeamor garantiza que “el reencuentro al final, es inevitable”. Punto a nuestro favor, al fin. “Las almas gemelas tienen los mismos intereses, su atracción no es sólo física o sexual y la ternura ocupa sus instantes y sus miradas. Se complementan en todos los sentidos y su amor crecerá cada día más y más. Se dan cuenta que, aunque separadas, han estado buscándose siempre".

En este punto a más de una se le escapó un suspiro de añoro. Y para completar la fantasía del final feliz, la página
enplenitud explica que cada ser humano experimenta el encuentro en distintos planos de energía:

1. El primer nivel de unión es el espiritual: se alcanza cuando las almas gemelas están internamente preparadas para unirse.
2. El segundo plano es el intelectual: las almas compatibilizan en el nivel del pensamiento, tienen puntos en comunes y proyectos que pueden compartir.
3. El tercer nivel es el emocional: Desde el primer encuentro existe una intensa afinidad y la sensación de conocerse desde hace tiempo, por lo que se enamoran con mayor facilidad.
4. El cuarto nivel es el físico o erótico: La pareja se entrega físicamente con una pasión sin límites. L
as almas gemelas descubren desde el primer momento que su partenaire conoce su cuerpo a la perfección y sus encuentros pueden llegar a estar más allá del tiempo y el espacio.


Wow, sin palabras. A no bajar los brazos entonces, ahora con más convicción que nunca. Seguramente no faltarán las dificultades que median el encuentro, pero los expertos aseguran que los obstáculos se dan necesariamente por tratarse de una "experiencia transformadora". La psicoterapeuta Mari Carmen Losantos García afirma que "las dificultades que han de afrontar estas parejas se deben precisamente a esa atracción tan fuerte, a esa sensación de bienestar cuando están juntos".

Dicen que, cuando dos almas gemelas se juntan, el Cosmos entero se alínea para posibilitarlo. El reencuentro con el alma gemela lo decide el destino, lo pacta el universo, pero nosotros tenemos la última palabra.

Parece que, a fin de cuentas, Zeus no estuvo tan mal en separarnos si el encuentro final iba a ser tan prometedor.



Por Wanda Marzullo

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